lunes, 8 de diciembre de 2008

MATRIX Y EL MITO DE LA CAVERNA



Podemos ir dándonos cuenta, al mismo tiempo, tanto como en la alegoría de la caverna como en la película Matrix, que existen dos mundos. Uno de ellos es el mundo sensible, que vendría siendo un mundo falso, ficticio, es donde viven los prisioneros de la caverna, es una sombra. Es este mundo donde viven los hombres comunes, es donde en un principio de la película vivía Neo, era el mundo sensible del que se percata cuando regresa a Matrix para hacer las pruebas a las que es sometido por Morfeo y es capaz de ver que antes vivía en un mundo ficticio, cosa que le cuesta creer, lo que le lleva a amenazar a los que en realidad le intentan enseñar la verdad e incluso a rozar la locura. En la caverna de Platón se ven utensilios artificiales, que representan las cosas físicas, materiales y artificiales. Son los objetos fabricados que, en la realidad convencional, interpretada y evaluada por algunos, se puede establecer una manipulación, son las cosas sencillas del mundo sensible. Podemos fijarnos en la escena de la película en la que esta con Morfeo y tiene que saltar de un rascacielos a otro con un salto enorme y Neo, al no conseguirlo, cae, pero sorprendentemente no le ocurre absolutamente nada, solo se hace una pequeña herida en el labio, nada peligroso. Es mas bien una cosa ficticia, aunque en este caso dan una enseñanza dualista más: “el cuerpo no puede vivir sin la mente”. En la película se muestran muchas escenas que se pueden dar como ejemplo el mundo sensible.

El otro mundo que existe tanto en el Matrix como en la caverna es el mundo inteligible. Un mundo que sólo puede ser captado a través de la inteligencia, de los conocimientos, de la razón. En la película el ejemplo mas claro, es Zion, donde viven las personas que pertenecen el mundo inteligible, las almas que más tarde serían conectadas para nacer en Matrix, donde, acto seguido, perderían la memoria para no acordarse jamás de que fueron instalados en los campos de alimentación de las máquinas y vivir una vida normal en el programa de Matrix, el programa de las sombras de la caverna de Platón.